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#Desmitificando: ¿es importante saber tu nivel de ácido úrico?


¿Piensas que el ácido úrico fuera de rango solo se asocia a ataques de gota? Y que si lo tienes alto pero no te ha dado gota, ¿todo ok? Si la respuesta es sí a ambas interrogantes, no estarías en lo correcto. Tradicionalmente, se le ha considerado problemático solo en relación a gota y cálculos en el riñón, pero su efecto sobre la salud metabólica va mucho más allá. Vamos a ver, para que puedas tomar control de tu salud.






¿QUÉ ES EL ÁCIDO ÚRICO?


Históricamente se le consideró sólo un producto de desecho, que si no causaba gota o cálculos renales, no tenía mayor importancia. Sin embargo, en los últimos 15 años se ha empezado a estudiar con mayor detenimiento sus efectos sobre la salud, entre los cuales están: enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico, presión alta, resistencia a la insulina, diabetes, hígado graso no alcohólico, y enfermedad renal crónica. No es poca cosa...


Se puede generar a partir del metabolismo normal del cuerpo (por la propia descomposición/regeneración normal de tejidos orgánicos), y por fuentes externas (alimentos o bebidas que consumes). Cuando el tejido orgánico se descompone, libera purinas (al descomponer ADN y ARN de los tejidos), y de ahí se forma el ácido úrico. Antes se pensaba que, en la dieta, solo influía el consumo de purinas en cierto tipo de alimentos (como vísceras, mariscos, carnes rojas, cerveza, etc), pero últimamente se está dando importancia al consumo de fructosa (presente en azúcar de mesa, jarabe de maíz alto en fructosa, frutas, alcohol) y su impacto sobre el ácido úrico.



¿CUÁLES SON SUS FUNCIONES?


El ácido úrico cumple roles fisiológicos en el cuerpo, tales como capacidad antioxidante, regeneración de tejidos y neuroprotección. El problema surge cuando sus niveles se incrementan. Más importante aún, puede favorecer la conversión de azúcar en grasa. Esto fue crucial en la etapa cavernícola, cuando había escasez de alimentos, convirtiéndose en un aliado metabólico para asegurar la supervivencia. En las etapas de verano/otoño, cuando había mayor disponibilidad de fuentes de azúcar en la alimentación, podían engordar más rápido, y generar reservas para poder hacer frente al invierno, heladas, hambrunas, etc. y lograr sobrevivir y transmitir sus genes.


Pero en el contexto actual, con super-abundancia de alimentos (sobre todo procesados) ese aliado te coloca en una trampa metabólica. No solo se consumen DEMASIADAS calorías en general, sino que muchas de ellas son altas en azúcares, sobre todo fructosa. Esto puede llevar a resistencia a la insulina, obesidad, hipertensión y otras alteraciones metabólicas. ¿Porqué? Porque, a diferencia de la glucosa, la fructosa se procesa principalmente en el hígado, produciendo una enzima que favorece la acumulación de grasa, y acelera la degradación de purinas. Y esto crea ácido úrico.



¿QUÉ PASA CON EL EXCESO DE ÁCIDO ÚRICO?


El ácido úrico en exceso contribuye a crear radicales libres, y estrés oxidativo, lo cual interfiere con las señales normales de la hormona INSULINA, dando origen a resistencia a la insulina, lo cual lleva a un espiral negativo de otras condiciones de salud (glicemias incrementadas, y diabetes tipo 2). Ver aquí.


El exceso de ácido úrico también inactiva una sustancia que permite a los vasos sanguíneos relajarse (óxido nítrico). Esto lleva a disfunción endotelial (los vasos no logran contraerse y relajarse bien) y a favorecer la hipertensión arterial.


También puede causar inflamación sistémica, ya que las células hepáticas expuestas a niveles altos de ácido úrico liberan ciertas sustancias inflamatorias (citoquinas), que en exceso promueven inflamación y enfermedad metabólica. Esto es un factor de riesgo para obesidad, diabetes tipo 2, hígado graso, enfermedad cardiovascular y enfermedad renal.



¿SE DEBE MEDIR DE MANERA RUTINARIA?


Tradicionalmente, se pedía una medición sólo si había síntomas de gota, cálculos renales recurrentes, o el uso de ciertos medicamentos que podrían elevar los niveles. Esto ha empezado a cambiar, por las consecuencias potencialmente serias de no hacerlo. Si se registran niveles altos, intervenciones proactivas, a nivel de alimentación y manejo del estilo de vida, logran en muchos casos desactivar las consecuencias metabólicas que mencioné en párrafos pasados. Los niveles adecuados para una buena salud metabólica tienden a ser menores en mujeres que en hombres.



¿COMO BAJAR LOS NIVELES?


No hay necesariamente un consenso en este sentido, pero por lo general las recomendaciones incluyen:

  • una alimentación baja en fructosa (la encuentras en: azúcar de mesa, alimentos dulces, altos en azúcares, jarabe de maiz alto en fructosa, frutas, jugos de fruta, jugos azucarados, miel, gaseosas, alimentos industrializados que utilicen cualquiera de estos componentes). También una parte del exceso de glucosa en la dieta puede convertirse parcialmente en fructosa (y luego en ácido úrico)

  • control de la ingesta de purinas (sobre todo vísceras, ciertos mariscos, carnes rojas, anchoas, sardinas, cerveza, entre otros)

  • alcohol (sobre todo cerveza)


¡Toma control de tu salud!


Adaptado de:


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